Resumen

Vitrubio es una plataforma de distribución alimentaria de productos sostenibles desde el punto de vista de su elaboración. El objetivo del proyecto es devolver el protagonismo a cada persona implicada en la cadena alimenticia, las cuales son responsables de aportar valor al producto y de recibir una justa contraprestación. El modelo diferencia hasta 4 eslabones participantes, cada uno de los cuales enriquece de alguna manera el producto que obtiene el consumidor final.

Al elegir el nombre de vitrubio buscamos aunar el interés por acercarse a las personas y el carácter sostenible del proyecto. Con Vitruvio apelamos al humanismo renacentista y su idea de situar al hombre como elemento central al mismo tiempo que manifestamos el carácter natural de los productos incluyendo las connotaciones de la palabra BIO.

Para el concepto desarrollamos la idea de viaje en el que lo enriquecedor se encuentra en andar el camino, en la experiencia del viaje que finalmente es concentrada en un destino final. Así creamos el concepto de trazabilidad humanista que nos lleva al compromiso de ser capaces de mostrar el valor que cada persona participante del viaje da al producto. De esta manera los envases de cada productos se convierten en el acta de ésa trazabilidad.

Con este punto de partida nos propusimos configurar una marca blanca “colaborativa” con espacio real para cada eslabón de la cadena, de modo que el desafío se centró en ordenar el desorden propio de una marca coral tanto en su arquitectura como en las propias piezas de diseño, para al el cual nos apoyamos en el ámbito postal, en el paradigma de las cartas y paquetes llenos de marcas que dan fe del recorrido por el que han pasado.

Buscamos ser reconocibles dentro de un intencionado desorden, para el logotipo utilizamos una combinación tipográfica e intervención en el interletrado que transmite la idea de viaje sin fin de un punto anterior a otro en el futuro, a partir de este punto, recurrimos permanentemente a las combinaciones tipográficas con las que jerarquizamos cada uno de los mensajes, en los propios envases hay espacios para que sean completados con letra manuscrita, para ellos también recuperamos la idea de humanismo renacentista y en concreto uno de sus símbolos más reconocibles El Hombre de Vitruvio de Leonardo Da Vinci, que nos sirve de rejilla compositiva y de formato gráfico, utilizando dibujos a lápiz similares a los bocetos de Leonardo que potencian aún más la presencia de la mano humana.

Los envases a pesar de su limitación de colores no son sencillos hasta el punto de que su diseño puede ser modificado durante su camino, están hechos para ser interpretados, tocados, valorados y apreciados tanto por el consumidor final como por los eslabones intermedios ya que contienen un producto apreciado de la misma manera. en coherencia con el producto que contienen.